Una evolución esperada
El iPad ha ido transformándose progresivamente hasta parecerse cada vez más a un Mac, y para muchos usuarios, como yo, eso es una excelente noticia. Durante años, Apple ha defendido la idea de mantener separados los mundos del iPad y del Mac, insistiendo públicamente en que nunca se fusionarían. Lo recuerdo perfectamente desde aquella presentación de 2018. Sin embargo, desde ese entonces, vengo sosteniendo que la convergencia entre macOS e iPadOS es inevitable y necesaria.
¿Por qué no tener ambos?
Apple ha promovido durante años la estrategia del “¿por qué no los dos?”, al presentar el iPad como una alternativa liviana y versátil, sin que llegue a reemplazar por completo a una Mac. Para tareas más exigentes, todavía dependemos de un portátil o un ordenador de escritorio, mientras que el iPad suele acompañarnos en viajes o momentos de movilidad. Pero ese equilibrio está cambiando. El nuevo iPad Pro, con su potencia y diseño, parecía ser el Mac en forma de tableta que muchos estábamos esperando. Lo único que le faltaba era el software adecuado. Y ahora, con la llegada de iPadOS 26, ese software finalmente empieza a tomar forma.
iPadOS 26: más cerca que nunca
En la WWDC de este año, Apple habló con más claridad que nunca sobre el parecido de iPadOS 26 con macOS. La beta para desarrolladores, ya disponible, revela muchas funciones que apuntan en esa dirección: ventanas flotantes, un puntero en forma de flecha (en lugar del antiguo círculo), barras de menú, una app de Vista Previa para gestionar archivos al estilo Mac, y carpetas que se organizan de forma más similar a un escritorio tradicional.
Con un teclado y un trackpad, el iPad empieza a sentirse como una herramienta mucho más completa, preparada para multitareas y lista para afrontar trabajos de mayor envergadura. La transición está en marcha, aunque aún falta dar el paso definitivo.
¿Una fusión incompleta?
Mi principal preocupación es que el iPad aún no es un Mac. Cuanto más se le parece, más notamos sus diferencias. Esa sensación de “casi pero no” puede terminar siendo frustrante. ¿Cuándo me sucederá que, usando iPadOS 26, entre en un flujo de trabajo y de repente me encuentre con una limitación inesperada? No lo sé. Tal vez nunca. Pero sospecho que, por ahora, seguirá habiendo elementos clave que diferencien ambos ecosistemas.
Una melodía que divide opiniones
Mientras tanto, iOS 26 también está dando de qué hablar. Entre las novedades descubiertas por los usuarios que ya probaron la beta, destaca un tono de llamada oculto que Apple no mencionó en la conferencia. El sonido, titulado ReflectionAlt1-EncoreRemix, ha generado opiniones encontradas entre los fanáticos del iPhone.
Detectado inicialmente por el usuario @8810cfw en la red X, y confirmado por colaboradores de MacRumors como Aaron Perris, este tono tiene un estilo “vidrioso”, como si estuviera interpretado en un xilófono. Según algunos, encaja perfectamente con el nuevo diseño “Liquid Glass” de iOS 26.
Las reacciones en redes sociales no se hicieron esperar: algunos lo calificaron de “temazo”, “me encanta” o incluso “esto suena increíble, puede marcar a una nueva generación como lo hizo Marimba en su momento”. Pero también hubo comentarios negativos: “suena perturbador”, “me deprime” e incluso reacciones con emojis de vómito.
Por ahora, no está confirmado si este tono será parte de la versión final de iOS 26. Actualmente seguimos en la fase de beta para desarrolladores, con una beta pública prevista para julio y el lanzamiento oficial más adelante en el año.
Conclusión: dos mundos que siguen acercándose
Con cada actualización, Apple continúa estrechando la línea entre el iPad y el Mac, así como entre iOS y macOS. Aunque aún no se ha concretado una fusión total, todo apunta a que el futuro va en esa dirección. Mientras tanto, los usuarios seguiremos explorando estos avances, esperando el día en que ambas plataformas sean realmente una sola.